Día de la Victoria

1941-1945 en resumen

Día de la Victoria

70 años de la victoria sobre la Alemania nazi

El 9 de mayo de 1945 a las 2:10 de la madrugada, hora de Moscú, la sonora voz del famoso locutor de radio Yuri Levitán anunciaba: "Alemania ha sido completamente derrotada". En Berlín era firmada el acta de rendición incondicional de Alemania.
La templada mañana moscovita vio cómo la gente comenzaba a echarse a la calle: algunos en pijama, otros impecablemente vestidos. Al caer la noche la Plaza Roja bullía: todo el mundo bailaba, se besaba y reía; el cielo estaba iluminado por fuegos artificiales. Pero la alegría de la victoria no podía eclipsar la amargura de las pérdidas que había sufrido el país. Millones de personas habían muerto; numerosas ciudades, pueblos y aldeas habían quedado en ruinas. La Gran Guerra Patria (la parte de la Segunda Guerra Mundial que empezó para la URSS en 1941) unió a todo el país y sigue siendo una parte integral importantísima de la conciencia rusa.
La invasión de la Unión Soviética por las fuerzas del Eje lideradas por los nazis el 22 de junio de 1941 acarreó cinco años de horror, devastación y la mayor fuente de derramamiento de sangre jamás vista en la historia de la humanidad. La muy reñida victoria costó a los soviéticos más de 26 millones de vidas, con pocas familias que no hubieran perdido a un ser querido en la guerra. Por lo tanto, el 9 de mayo (conmemorado como el Día de la Victoria en Rusia) es una celebración con los ojos llenos de lágrimas, como dice una canción popular de la posguerra, que cuenta la historia del dolor colosal, del heroísmo, de la valentía personal y de la supervivencia a toda costa en algo que nunca debe repetirse.

1941-1945 en resumen

1941

Aunque Iósif Stalin, el líder de la Unión Soviética, sabía de lo inevitable de un enfrentamiento con la Alemania nazi que buscaba su 'Lebensraum' (espacio vital) en el este de Europa, la invasión alemana de la URSS el 22 de Junio del 1941 fue inesperada. Más de 3,6 millones de tropas, 3.000 tanques y 2.700 aviones alemanes cruzaron la frontera soviética en el marco de la operación Barbarroja. En dos semanas 300.000 soldados del Ejército Rojo fueron hechos prisioneros, mientras 2.500 tanques y 250 aviones quedaron destruidos. Sin embargo, la Blitzkrieg ('guerra relámpago') no logró poner a la Unión Soviética de rodillas. Los rusos, a quienes los nazis denominaban 'Untermensh' ('infrahumanos'), combatían por su propia existencia. La resistencia fue feroz. A comienzos del otoño resultaba obvio que Alemania estaba involucrada en una guerra de desgaste contra un fuerte enemigo, en territorio hostil y con un frente muy amplio. La URSS evacuó sus plantas industriales y reagrupó sus Fuerzas Armadas. Luego llegó el invierno.
Batalla clave: la defensa de Moscú. En cifras fue una victoria de la Wehrmacht, pero supuso un giro estratégico para la URSS, ya que los soviéticos no cedieron su capital al enemigo, lanzaron un contraataque e hicieron retroceder a las debilitadas fuerzas de la Alemania nazi, lo que provocó que Hitler cesara a su alto mando.

1942

Tras alejar a los alemanes de Moscú, Stalin ordenó que el Ejército Rojo, que carecía aún de suficiente munición y tropas, lanzara una contraofensiva, lo que se cobró millones de vidas. Unos 400.000 rusos fallecieron en la llamada 'picadora de carne' de Rzhev. A lo largo de varias operaciones lanzadas por separado ambas partes se debilitaron, pero al final los alemanes se retiraron. Esto eliminó la amenaza sobre Moscú y redujo las tropas que habrían podido utilizarse para reforzar las unidades en Stalingrado. Mientras las partes aseguraban sus posiciones, Alemania ganaba tiempo ya que carecía de suficientes tropas y de petróleo. Satisfecho con el éxito de la primavera, Hitler ordenó la operación Azul, que tenía por objetivo la invasión del Cáucaso para hacerse con sus ricos recursos petrolíferos, lo que debería, según esperaba el líder nazi, frenar los tanques soviéticos y reforzar a los alemanes. Sin embargo, Grozni y Bakú estaban demasiado lejos, y antes de que Hitler pudiera alcanzarlos se desvió por el control de la ciudad clave de Stalingrado, junto al Volga. Sus fuerzas estaban demasiado extendidas y aquella maniobra estaba destinada a fracasar.
Batalla clave: Stalingrado. Cinco meses de combates dentro de la ciudad con apoyo de la aviación y artillería pesada acabaron con el cerco y la rendición del poderoso VI Ejército alemán.

1943

En julio de 1943 la máquina industrial soviética superaba a la de Alemania y la de sus aliados en casi todos los parámetros. Italia se retiró, mientras las tropas estadounidenses se preparaban para desembarcar por primera vez en la costa europea. Alemania necesitaba arriesgarse aunque solo fuera para aplazar su derrota. El mando nazi renunció a "la ilusión de conquistar la Unión Soviética", pero la mayor parte de los soldados alemanes y su armamento se encontraban en el frente oriental. De haberse logrado una victoria contra los soviéticos, habría tenido que producirse en ese periodo. Los generales de ambas partes se conocían bien y sabían que no podrían cometer más errores ni lanzar ataques sorpresa. Fantaseando con otro gran ataque, Hitler ordenó la operación Ciudadela, una ofensiva en la región de Kursk. Los rusos conocían el lugar exacto en el que debía producirse el ataque y el área clave se describió como "el lugar más fortificado de la historia bélica". Los alemanes, que estaban en inferioridad numérica, no pudieron avanzar. Hasta el final de la guerra no desencadenaron ninguna ofensiva de envergadura.
Batalla clave: Kursk. Alrededor de 3 millones de soldados, 8.000 tanques, más de 5.000 aviones y un millón de minas terrestres se dieron cita en la mayor batalla de la guerra. Los alemanes comenzaron avanzando, pero los soviéticos retomaron cada colina que habían perdido y atacaron al enemigo con los mortíferos lanzacohetes Katiusha y los tanques IS-2, bautizados en honor a Stalin. Tras el desembarco de EE.UU. en Sicilia, Hitler canceló el plan de avance y no permitió que la batalla terminara con su derrota completa, mientras la URSS ganaba una base para futuros ataques.

1944

El Ejército Rojo encadenaba victorias mientras la Wehrmacht se replegaba. En los 18 meses que siguieron a la batalla de Kursk los soviéticos avanzaron desde Oriol y Rostov, en el sur de Rusia, hasta Ucrania, Rumanía, Bielorrusia y Polonia, alcanzando la frontera de Alemania en diciembre de 1944. El mando estratégico de la URSS, la 'Stavka', tenía varias ventajas en comparación con el de su enemigo. Con la industria funcionando a pleno rendimiento y con el apoyo de los camiones Studebaker suministrados por EE.UU., el Ejército soviético mejoró su movilidad y capacidad de atacar rápidamente los puntos más débiles del enemigo con superioridad. La técnica de camuflaje incluía el uso de miles de unidades falsas y de ejércitos enteros que se movían solamente para distraer al enemigo. No más de un puñado de personas conocía los planes reales, hasta el punto de que había generales que no sabían si tenían que atacar o distraer la atención del enemigo. Por supuesto, la estrategia contaba con la fuerza de millones de soldados dispuestos a sacrificar su vida.
Batalla clave: Operación Bagratión, bautizada en honor de un general que combatió contra Napoleón. Coincidió con el Día D. La batalla supuso una sorpresa para los alemanes y terminó con la destrucción del resto de su ejército en el frente oriental, en el actual territorio de Bielorrusia, los países bálticos, Ucrania y el este de Polonia.

1945

La guerra tocaba ya a su fin y se había convertido en una carrera hacia Berlín entre la URSS y sus aliados occidentales. Hubo avances rápidos, pero se registraron grandes pérdidas entre los soldados que habían logrado sobrevivir a casi toda la guerra. Aquel año se sucedieron los acontecimientos decisivos que marcaron el final del conflicto más sangriento de la historia: la liberación de Auschwitz y otros campos de concentración, la expulsión de los nazis del Este de Europa y el colapso del Tercer Reich.
Batalla clave: Berlín. Encerrado en su búnker, Adolf Hitler sabía que su muerte era inminente, pero ordenó que miles de compatriotas compartieran su misma suerte continuando el conflicto mientras más de un millón de soldados soviéticos cercaban la capital alemana. Los generales alemanes solo capitularon después del suicidio de Hitler. La rendición de Alemania entró en vigor a las 23:01 (CET) del 8 de mayo. A la misma hora en Moscú, donde ya había pasado la medianoche, el 9 de mayo fue proclamado el Día de la Victoria.

El Frente Oriental se extendía a través de 1.400 kilómetros: del Círculo Polar en el norte hasta Crimea en el sur. La geografía de los combates cambiaba sin cesar: había territorios que pasaron varias veces de unas manos a otras. En este mapa están marcadas las principales batallas de un conflicto que duró cuatro años, los comprendidos entre la ofensiva nazi contra la URSS de 1941 y la contraofensiva del Ejército Rojo entre los años 1944 y 1945.

La Segunda Guerra Mundial tuvo un efecto devastador para las historias de un sinnúmero de personas. En Rusia viven hoy en día más de tres millones de veteranos de guerra. Cada vez quedan menos con vida, pero sus recuerdos de primera mano se registran y perviven sin el lustre del mito y el tiempo.

Las fotos personales de los abuelos y abuelas, de bisabuelos que sufrieron la guerra, ya sea en los campos de batalla o trabajando en el frente, cuentan historias más valiosas que cualquier enciclopedia. La correspondencia que mantuvieron con familiares y amigos evoca las voces de los soldados y los que estaban esperando su regreso.

Alexandr Panin
Iván M. Balúrov
Ekaterina Mikháilova
Fiódor Borísov
Alexandr Lándyshev
Serguéi Blinov
Veniamín Kárpov
Mijaíl Vécher
Vera Pánina
Mijaíl Nikolski
Iosif Bregadze
Mugalim Jalílov
Espérame, pero no me esperes pronto…

Ya te escribí que me esperaras, pero no me esperes pronto. Queda mucho para el final de la guerra, y yo, por supuesto, no volveré pronto.

La última carta: me muero, pero no me rindo

¡Mis querida mujer Anna y chicos Lenia y Guenadi!

Os mando un beso y abrazo por última vez.

Cartas alemanas desde Stalingrado: "Esto es el puro infierno"

Miles de rusos y judíos con sus niños y mujeres fueron fusilados junto a Kiev y Jarkov.

Trenes con evacuados pasan cada tres minutos

¡Queridos Nínochka y Elichka!

El 24 de abril llegamos a Ryazan, hoy por la noche estaremos en Moscú. El enemigo está muy cerca.

¡Mis queridos Vítenka, mamá y abuela!

Llevo ya una semana sin escribiros, no tenía tiempo. Ayer salimos del combate y acabo de recibir la carta de Vitya.

Me estoy volviendo completamente, completamente loco

Volveré, para contrariar a todos los diablos, ¡volveré!

Yakov Reznik se unió al Ejército Rojo a los 18 años. Participó en la liberación de Rumanía, Hungría, Yugoslavia y Austria con el Tercer Frente Ucraniano.

Lidia Romanova tenía seis años cuando empezó la guerra. Perdió a su padre, a su hermana y dos hermanos en el sitio de Leningrado, que duró en total 872 días.

Artillero Mark Ivanijin participó en el desfile del 7 de noviembre de 1941 en la Plaza Roja. Los soldados del Ejército Rojo soviético iban directamente al frente para defender a la capital del país de los agresores nazis.

Anatoli Kozlov, infantería. Se unió al Ejército Rojo a los 20 años. Luchó en Stalingrado y Kursk, en Hungría y Austria.

Nikolái Sajarchuk. Tenía 13 años cuando los nazis ocuparon su ciudad natal, Brest. Se unió al Ejército Rojo en 1944.

Iván Kirilkin, artillero. Se unió al Ejército Rojo a los 21 años. Participó en la batalla de Kursk.

Alexéi Grudinkin, ametrallador. Se unió al Ejército Rojo a los 18 años participó en la batalla de Kursk.

  • La Victoria y su monumento

  • La batalla de Berlín: La última sangre

  • La batalla de Stalingrado: Por cada ápice de tierra

  • La liberación de Europa

  • Leningrado : La ciudad que no se rindió

  • La batalla por Moscú : Defender a muerte

  • Brest : Una anticipación de la victoria

  • Múnich: El preámbulo de la II Guerra Mundial

  • La Batalla de Kursk

Una versión más corta del discurso de Mólotov en la que anunciaba el inicio de la guerra en la URSS también fue grabada por el destacado locutor de radio Yuri Levitán. Según la leyenda, Hitler declaró al locutor soviético como su enemigo personal número uno, siendo Stalin solo el número dos. Durante los años de la guerra, Levitán hizo más de 2.000 informes resumidos, entre ellos más de 100 'reportes urgentes'. Fueron transmitidos pero no grabados en aquella época y la ubicación del estudio donde Levitán los estaba leyendo era una información clasificada. Solo en los años 1950, la familia de Levitán grabó sus mensajes "para la historia".

Por primera vez, Stalin se dirigió a la nación hablando de la guerra el 3 de Julio de 1941. El mensaje, transmitido por la radio estatal, también fue publicado en el periódico 'Pravda' el mismo día y luego republicado como un folleto separado. El hecho de que Stalin no anunciara en persona el inicio de la guerra el 22 de junio causó cierta controversia en el país. Mólotov posteriormente explicó que Stalin no dio la noticia él mismo, porque no estaba dispuesto a expresar su posición al respecto de inmediato, cuando todavía nada estaba claro.

El anuncio sobre la victoria del país en la guerra fue transmitido el 9 de mayo de 1945. Primero, Levitán leyó la noticia sobre la rendición incondicional de todas las fuerzas alemanas y luego le dijeron que debía ir al Kremlin para leer el mensaje de Stalin sobre la victoria antes de que empezaran los fuegos artificiales festivos. El locutor contó posteriormente que estuvo a punto de llegar tarde, porque en la plaza Roja se reunió tanta gente en espera de noticias que él casi no podía avanzar entre la multitud. Recordó que Stalin tenía su propio estudio de radio en el Kremlin: le llevaron allí corriendo y él transmitió el mensaje.

Aplastemos al enemigo descarado con todo el poderío de nuestro fuego
¡Aplasta al bicho nazi!
La cara del hitlerismo
Soldado del Ejército Rojo, sálvales
¡Esto sucedió…! ¡Esto sucederá!
Mantente alerta. El enemigo es astuto
Europa estará libre
Ahora les matamos con armas pesadas
Nuestra causa es justa. El enemigo será arruinado
La escoba del Ejército Rojo barrió las escorias
En el cielo, sobre la tierra y en el mar
Vamos a liberar a Europa de los hierros de la esclavitud nazi
El vergonzoso final para los invasores nazis
Defenderemos a la madre Moscú
Muerte a los canallas nazis
Vamos a poner la bandera de victoria sobre Berlín
- Los tanques alemanes no pasarán por aquí
¡No diga ni pío! ¡Esté alerta!
¡Expulsa a la escoria invasora!
Derrotaremos y eliminaremos al enemigo sin piedad
¿Te has inscrito como voluntario?
La Patria llama
Sí al Frente Unido
¡A por Moscú! ¡Hurra!. De regreso: ¡Ah!
¡Todo para la victoria!
¡Mata a la bestia alemana! Puedes y debes eliminar al ejército de Hitler
Acabemos con los canallas nazis
Mi papá es un héroe. ¿Y tú?
Los Kukriniksi, 1943 - Sin titular
Aplastaremos al enemigo con la avalancha de acero